lunes, 6 de abril de 2009

Colusión de Precios e Información Confiable

Si en un mercado se coordinaran y pusieran de acuerdo algunas empresas, llegando a controlar el 97% de éste (como supuestamente ocurre en el mercado farmacéutico), la consecuencia resultante de ésta “fusión” o colusión, será que aquellas tendrán las herramientas necesarias para controlar el sistema de precios.

El sistema de precios refleja la información y/o el conocimiento que la sociedad tiene para tomar su mejor decisión y curso de acción. Para que éste sistema funcione correctamente, la información debe ser originada en muchas fuentes, sin que nadie tenga el poder de afectarla.

Si la información fuese manipulada o alterada, veríamos que ésta sería asimétrica, permitiéndoles a algunos tomar mejores decisiones que a otros. Una segunda consecuencia sería que, la competencia, algo esencial para una economía capitalista, no existiría.

La presunta colusión de estas farmacias, logró distorsionar y hasta eliminar, lo que conocemos como el sistema de precios, obteniendo ellos un mayor beneficio propio. Por otro lado, al ser anulado el sistema de precios, se transgredió uno de los fundamentos esenciales para la existencia del comercio

Uno de los mayores daños que esto causa a la sociedad, además de lo que se relaciona con la información disponible al momento de tomar una decisión, es que las personas gastan más dinero del que deberían para obtener estos insumos, lo que conlleva duras y difíciles consecuencias.

La sociedad se enfrenta a mayores costos de oportunidad y el mayor beneficio percibido por la industria farmacéutica, perjudica al resto de las empresas que desarrollan sus actividades comerciales en diferentes áreas, como ser, supermercados, multitiendas, entretenimiento, etc., las que se ven afectadas al disminuir sus ventas, producto del menor ingreso disponible de las familias. El efecto de esta supuesta colusión, afecta en mayor medida a los grandes consumidores de insumos básicos, que por lo general, son las personas mayores y menos productivas, quienes deben escoger entre salud, vivienda y alimentación, viendo reducido por causa de esta presunta colusión su consumo total de estos bienes. Esto indudablemente causará un deterioro de su estado general, lo que posiblemente les lleve a aumentar su consumo de medicamentos, generándose un incentivo perverso.

En las situaciones como las descritas, los perjudicados somos en definitiva todos los integrantes de la sociedad afectada, incluso aquellos que trabajan para las empresas involucradas. La sociedad en general se ve afectada ya que no tiene información confiable, con la cual tomar sus decisiones y además, tendrá que asignar mayores recursos para satisfacer sus necesidades de salud (en este caso) en desmedro de otros bienes, para el sólo beneficio de unos pocos.
Jonathan Zycer

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